El esplendor de la vida cotidiana


La bipolaridad no es sólo una enfermedad, puede llegar a ser también un estilo de vida, algo para sacar provecho. Las constantes depresiones y los conflictos que se ocasionan pueden generar cosas muy intersantes para vender. No son extraños los casos de artistas de todo tipo que son bipolares y que gracias a eso pueden subsistir de alguna manera. Quizás no sea lo más adecuado lo más sano, pero funciona. Al menos esa es la idea que queda después de haber visto una película que se llama American Splendor.

La cinta cuenta la historia real y contemporánea de un sujeto en Estados Unidos que narra su vida común y corriente de depresivo - gruñón - bipolar frustrado que tiene un horrendo trabajo como archivista en un hospital. Se convierte en héroe por obra y gracia de su habilidad para narrar las pocas pero muy humanas vicisitudes que a diario le ocurren a él y sus conocidos. No lo narra de forma novelada sino a través de un cómic que él no ilustra, sólo escribe las historias, que por lo demás son completamente ciertas.

Se convierte en un héroe real. Pero de heróico no tiene nada, excepto ser un adulto que sobrevive en una sociedad en la que es sistemáticamente rechazado.
Las entradas que aquí he escrito no tienen absolutamente nada qué con el cine o con el estilo americano de vida. No lo he hecho y no voy a comenzar ahora. Comento la película sólo porque aborda el tema de la bipolaridad desde un punto de vista que, al menos a mí, me ha parecido original.

En American Splendor si bien el personaje principal tiene momentos de una amargura casi sin límites, se puede también encontrar a una persona con bastante lógica, con un sentido de la practicidad que me sorprendió.

A pesar de tener su propio cómic, de superar el cáncer, de tener su propia película, de triunfar en diferentes festivales cinematográficos en todo el mundo, parece que “el sueño americano” no se cumple, lo cual deja todavía más claro el sentido de realidad que una verdadera biografía debería incluir (sobre todo si es de manufactura estadounidense).

No existen, al menos desde esta perspectiva el suficiente éxito como para abandonarlo todo y vivir de la fama y de un cómic en el que apareces no sólo como personaje principal sino como un inmejorable estereotipo del mundo “independiente”.

Y así como la fama, pero no la riqueza, le llegó a este sujeto, a mucha gente en todo el mundo le ha pasado lo mismo a través de la internet. Él es un caso excepcional porque tiene un cómic, pero cuántos de nosotros no escribimos un blog con la esperanza de que alguien se dé cuenta de que en realidad las pocas cosas interesantes que vivimos son trascendentes para otras personas y satisfacer un poco esa oculta necesidad que tenemos de ser reconocidos, de ser escuchados, de tener un poco de empatía con gente “que nos entiende”.

Estoy seguro de que si mi hermana y algunas de mis primas vieran la película entenderían poco. Dirían que es estúpido que una persona gruñona, amargada, frustrada, depresiva y medio loca tuviera un cómic, un libro ilustrado premiado por la crítica, una película y varias intervenciones en el programa de David Letterman, que la cinta, el cómic y en general este sujeto no tienen nada de interesantes... Cuestión indudablemente de enfoques.

Y ya tomándome la libertad de opinar sobre la película, tengo que decir que las actuaciones son muy buenas, la historia en general está bien escrita, aunque como está basada en un cómic que a su vez está basado en la vida real, hay veces en que la película exigiría un poco más de ficción, menos cotidianidad, algo más “emocionante”, pero no, en general la vida, al menos la de la mayoría, transcurre entre situaciones cotidianas como tirar un colchón a la basura, o adoptar a una niña completamente ajena...? Y la música es francamente memorable.

En fin que la película me dejó una cosa bien clara: bien narrada, la vida de cualquiera de nosotros puede ser llevada al cine. Yo hago mi intento cada vez que me pongo “literario” y de pronto, al recordar en las noches en la cama algunas de las cosas que me han sucedido, casi puedo verme en la sala de un cine observando la interrpetación de algún actor la misma escena que yo viví... Y luego sacudo la cabeza y me digo: “ajá, cómo no...”

Comentarios

  1. jajajaja a mi me pasa lo mismo! a veces, hasta imagino el soundtrack y el movimiento de cámara que debería hacerse en tal o cual caso...
    me pasa, sobretodo, cuando voy en el metro o en el micro... un beso y un gran abrazo...
    que tienes un lindo talento, que es la escritura!
    :D
    La cual, envidio!
    jajaja

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