Una vez más



Hace unas tres semanas tuve dos días de aceleramiento por razones desconocidas. Luego, como era de esperarse, vinieron días de depresión. Me preocupa, a mi esposa la asusta. Pero no pretendo regresar a las pastillas. Son más caras y no estamos para esas cosas...



Debería sacar algo bueno de esos días de aceleramiento. Me siento obligado. Quizás lo más positivo es que al final nunca exploté. A pesar de mis intensas ganas de gritarle a la gente (al menos a una compañera del trabajo y a mi esposa) que se callara, me contuve con todo lo que eso implica. Esa semana mantuve la casa medianamente limpia como parte indudable de mi aceleramiento. Ahora que ya estoy más tranquilo (o deprimido, pues) la casa es una zona de desastre otra vez.

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