Ejercicio (2 de2)


Encuentro entonces mi propia estatua.
Es de bronce, mide unos dos metros y medio. No está en una posición triunfadora, ni retadora, o guerrera. Simplemente está ahí, parado, vestido con una playera de manga larga, pantalones de mezclilla y botas negras. Tiene las manos en las bolsas y mira al frente sin mucha intención. No mira al horizonte, más bien parece estar pensando en algo que se le quedó atorado, tiene la mirada perdida y está pensando en algo que se le acaba de ocurrir y sin querer está concentrado en eso, sin saber bien a bien qué es.
En la placa, también de bronce, dice con letras bajo relieve: ¿De veras hay algo que valga la pena?
La estatua cobra vida. No es que se mueva, tampoco es que hable, parece que se comunica sin palabras.
­-¿Por qué estás aquí?
-No sé.
-Digo, entiendo que si la señora de las quesadillas tiene su propia estatua, tú también podrías tenerla, pero ella hacía quesadillas… ¿tú que has hecho?
-Ya te dije que no sé. Y a veces no me importa. Yo sólo estoy aquí.
-¿No te da curiosidad saber quién te puso aquí, a quién se le ocurrió hacer una figura en bronce de ti y colocarte junto a famosos y gente común y corriente?
-Sí, pero estoy mejor aquí, sin hacer nada, mirando hacia adentro, sin pensar en nada específico. La gente cuando me ve se queda siempre intrigada: ¿qué estará pensando Chak? Y sabes qué, en realidad es un truco para evitar todo contacto humano.
-En serio, ¿a quién se le habrá ocurrido hacer una estatua de ti, que poco o nada has hecho. No tienes hijos, no has escrito un libro, no has plantado un árbol. Tus amigos pueden prescindir de ti y tu esposa es más independiente que tú. Ella, si quisiera te dejaba en cualquier momento. ¿No te da pena estar aquí sin mérito alguno?
-Ya te dije que no me importa, yo sólo estoy aquí porque aquí me pusieron. Además, creo que tú y yo somos la misma persona, así que deberías hacerte esas preguntas tú mismo.   
-Lo hago prácticamente todo el tiempo. Hay días en que literalmente no me puedo levantar porque estoy apabullado con lo miserable que es mi vida. Pensé que en algún momento entre el presente y mi muerte, me pude haber reivindicado, pero parece ser que no. Seguí en las mismas hasta mi muerte, ¿no es cierto?
-Supongo que sí, yo sólo soy una estatua, no sé nada, yo sólo estoy aquí, viendo pasar el tiempo, la gente, haciéndome el interesante y bateando a quienes se me aparecen por acá. De tu vida no sé nada. Tú debes saber más.
-Por qué te hicieron de la edad que tengo ahorita… ¿Acaso no hay más futuro que este? ¿Hasta aquí llegué…?
-Chak, por qué crees que yo te voy a dar todas las respuestas… además haces preguntas muy tontas.

Comentarios

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    Respuestas
    1. Hola. Me encantó este Ejercicio. Ayer empecé a leer las entradas de la primera hacia la última y debo decir que, aparte de sentirme identificada, me han agradado bastante. Mi psiquiatra dijo que tengo un cuadro de bipolaridad en noviembre, así que a veces me da por buscar algo sobre cómo me siento en ese momento.
      Hace casi diez años iniciaste el blog y pude ver que realmente has tenido mucho altibajos. No puedo decir que me dá ánimos para seguir pero por lo menos me ayuda a confirmar que es "normal" estar así, incluso con medicamento.
      Muchas gracias por tomar tiempo para escribir sobre tu vida como bipolar.

      *Debí revisar la sintaxis antes de publicar el comentario.

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