Habla el loco...
Conmigo las cosas nunca son claras. Me voy, regreso. Salto, corro y me escondo. Ojalá fuera al revés y siempre me entendieran. Pero así es el loco. Nadie entiende nada. Me veo en el espejo y saltan los ojos y la boca se me escurre y veo mi cráneo radiante y mis ojos oscuros. Perdí las orejas. Hablo pero no escucho si digo algo. La distancia entre ese que se supone soy yo y este que aquí está es infinita e intransitable.
Supongo que no siempre fue así. En el pasado todos estaban locos. Entonces no había problema. Todo se resolvía en el caos y la violencia. Añoro esos tiempos que me rebasaron. Caí en este cerco de la razón, el lenguaje, la moral... Ahora no sé qué hacer, a dónde dirigirme, qué faro seguir. Y así ando, dando tumbos entre palabras ajenas, sables voladores, dardos ponzoñosos.
Supongo que no siempre fue así. En el pasado todos estaban locos. Entonces no había problema. Todo se resolvía en el caos y la violencia. Añoro esos tiempos que me rebasaron. Caí en este cerco de la razón, el lenguaje, la moral... Ahora no sé qué hacer, a dónde dirigirme, qué faro seguir. Y así ando, dando tumbos entre palabras ajenas, sables voladores, dardos ponzoñosos.
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