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Mostrando las entradas de junio, 2009

Un día a la vez

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Alcohólicos, anoréxicas, jugadores, comedores compulsivos, etc., todos tenemos algo en común: somos adictos a algo. Todos tenemos comportamientos obsesivos compulsivos. No sabemos cómo controlarlo, y muchas veces sabemos que está mal, que invariablemente nos llevará a un punto sin retorno, y sin embargo, seguimos haciéndolo, es imparable. Conozco a algunos jugadores compulsivos que han perdido sus trabajos, sus casas, sus negocios, sus coches, incluso sus familias, pero no podían dejar de apostar. Convivo también con alcohólicos todos los días. Ya sea que se arrastren de borrachos dos o tres días a la semana, o que simplemente no puedan dejar de tomar diario para seguir su vida normal, el caso es el mismo: no pueden, o no quieren dejarlo. Yo no apuesto, ni soy alcohólico, ni me drogo, ni como sin control. Me jacto de todo eso. Pero creo que todos los anteriores pueden presumir que en los momentos en que lo hacen pueden ser un poco felices, o al menos eso dicen, o creen. Luego v

La semana positiva

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Sí, no lo escribí mal. Creo que llevo dos o tres semanas "positivas". Eso fue, al menos, lo que me dijo la psicóloga el fin de semana. Ella considera que no soy bipolar, que el diagnóstico del pisquiatra está equivocado, pero aceptó que en casos como éste hay dos Chaks. Uno que hace 15 días estaba en el sillón del consultorio en la Del Valle con la cabeza gacha y sin ánimos de nada, y otro que regresó el pasado fin de semana platicando lo muy animado que está. No me gusta escribir en tercera persona de mí mismo, así que diré que me he sentido, extrañamente, bien. Al menos las últimas dos o tres semanas. Razones hay muchas, la principal es que no me he peleado tanto con mi esposa, por un lado, y por otro, una racha de buenas películas, buenas series de televisión e incluso una caricatura de hace más de 30 años, me ha devuelto la fe en los diálogos, la literatura y la creación en general. La pregunta, en todo caso, es: ¿será que es una simple racha?, o una tendencia f

Autoconvencimiento

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No siempre, pero a veces me pregunto si todos los que tienen 28 años, y llevan una vida medianamente fácil se sienten tan como yo. Estoy seguro que no porque comparto mi vida laboral y personal con personas de la misma edad y me doy cuenta de que no es así. No todos tienen este sentimiento que me ronda cotidianamente de que de poco vale todo. Tampoco soy el único, pero somos minoría. Conozco dos o tres más como yo y el resto, me da la impresión de que en realidad están fingiendo. Es extraño, pero siento que todos, en el fondo, están tan desilusionados de lo que hacen y de sus vidas que tratan de convencerse siendo falsamente felices. Sinceramente a veces los envidio, cuando me entra la nostalgia por la sonrisa fácil, por el pensamiento sencillo. Pero luego me doy cuenta de que todo, en el peor de los casos, es pura pose. Un argumento para convencerse a sí mismos. Claro, sí hay personas auténticas, pero son las menos. A ellas, mis más sinceras envidias...

Pactos incumplidos y resaca

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Primero sí, digo unas cosas, y luego me retracto... bueno, no, la verdad es que se me olvida. Espero que con esas palabras, que a mí se me olvidan y a ella se le encajan en la piel como fierro caliente, no traigan mayores consecuencias negativas. Trato de apagar la conflagración con un chorrito de palabras que, al final, termina esfumándose. Así vivo, siempre con la esperanza de que lo que digo y dejo de decir no se me venga encima, como suele sucederme. ¿Será que trato de darle por su lado a todo el mundo, excepto a mí mismo? Eso me han dicho, que trato de complacer a todos, de cumplir con las expectativas de todos, pero no tomo en cuenta lo que quiero, lo que deseo, lo que me interesa. Así he vivido...

De terapias y terapias

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Otro mes más, casi medio año de este 2009, el primero que parece, en muchos sentidos, el último. Por terapias no paramos. Ya llevo dos años con la psicóloga y sí, no puedo decir que haya avanzada poco, pero también creo que ya me estanqué, igual que con mi esposa. Vivir se ha convertido para mí en un gran problema en el que tengo que lidiar no sólo conmigo, sino también con el resto del mundo, que me guste o no, ahí está también. Ahí está mi esposa a la que amo profundamente, también está mi familia cuya presencia, indudablemente, es buena de alguna manera, pero en estos momentos representa una pesada carga sólo emocional. No sé qué me pasaría si también los tuviera que apoyar económicamente. Estaría perdido. No puedo concebir que, justo este día hayamos comenzado una terapia de pareja en la que ahí estamos los dos, pero ella como tratando de orillarme a que yo haga todo y con esa actitud que me choca, pero también entiendo de 'Yo no voy a hacer nada, todo depende de él'