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Mostrando las entradas de noviembre, 2009

Hay salida a la bipolaridad

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Hace poco más de dos años, ante situaciones como las que he pasado últimamente (como los simulacros de separación de mi esposa, la presión en el trabajo y en la familia), seguramente me hubiera derrumbado. Ahora tengo la fuerza mental y espiritual para hacerle frente a estos problemas. En mi caso no han sido las medicinas las que me han ayudado. He contado con la ayuda de un par de psicólogas que han hecho bien su trabajo y me han llevado a donde ahora estoy, claro, con la fuerza de voluntad y mi certeza de que puedo cambiar el estado de ánimo. No puedo dar los nombres de las psicólogas, pero sí puedo decir que hay respuestas, que hay opciones para sentirse mejor. Para mi ha sido muy importante hacer lo que realmente me gusta. Por eso escribo, y por eso recientemente tomé un curso para aprender más acerca de esto. Y me ayudó mucho. Me di cuenta de que sí puedo hacer algo bien, y eso aumentó mi autoestima, cosa que en las etapas de depresión ayuda mucho. Aunque no lo practico,

Una llamada más para el fin del mundo

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No sé que decir. Tanto mi esposa como yo estamos muy mal de la cabeza. Dos días después de aceptar la separación volvimos a platicar la situación y ambos acordamos que todavía tenemos salvación. Nada raro para un par de bipolares, o al menos neuróticos. Esos dos o tres días en los que prácticamente fuimos un par de desconocidos bajo el mismo techo, me di cuenta de que verdaderamente estamos juntos sólo porque nos amamos mucho. Ni yo necesito de ella, y estoy seguro de que ella no necesita de mi. Estas líneas, y estos hechos, no pueden ser otra cosa más que claras señales del fin del mundo, justo ahora que está tan de moda el tema. Yo bipolar y disperso como polvo de harina, ella neurótica y aprensiva como abrazadera de tubo, ambos con ganas todavía de estar con el otro, de soportarlo todo y buscar la manera de darle vida a esto que ya lleva más de 10 años andando. De veras que hay que estar muy loco para hacer esto, de veras hay que tener una mente trastornada para aguantar mis

La recaída

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Es inminente mi depresión. Tenía un rato de no sentirla, ya casi se me había olvidado de cómo se siente, cómo de pronto la vida parece no valer absolutamente nada. Pero hay una razón. Me voy a separ de mi esposa. Tras varios meses de intentarlo, la cuerda se rompió de tanto tensarla. No es extraño para quienes nos conozcan, que evidentemente no es nadie... Yo bipolar, e incapaz de vincularme emocionalmente al nivel que ella requiere. Y ella, exigente y demandante como nadie en el mundo. La amo, no hay duda. Y en el fondo, creo que ella también. Pero ya no es vida. Siempre enojados, siempre peleando, siempre a la expectativa: yo de lo que me va a reclamar, y ella de qué cosa me puede echar en cara. Hace dos días tomé la decisión después de muchas e infructuosas sesiones de terapia de pareja. Nada ha valido la pena. Ni mis esfuerzos por implicarme más en su vida y poner más atención a la mía, al mismo tiempo; ni su intención para relajarse y ser más tolerante con mis pérdidas absolutas d