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Mostrando las entradas de marzo, 2011

Identidad bipolar y autosabotaje

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Siempre he creído que en realidad no sé quién y cómo soy. Tengo la sensación de estar engañando siempre a la gente acerca de exacta y realmente quién soy. Y de paso, me miento a mí mismo. Una mezcla de negación de la persona y un poco de vergüenza por aceptar lo que de veras quiero y pienso. En el baño de mi casa no tengo espejo porque a veces no me puedo mirar a los ojos y enfrentar la realidad: sigo sin saber qué quiero de mi vida. La ocasión en que esto me estalló en las manos, provocando una de las crisis de depresión más profundas en mi vida, sucedió cuando renuncié a mi primer y posiblemente mejor trabajo. Entonces era un estúpido joven de 24 años, recién salido de la universidad y con la certeza de poder comerme el mundo. Salí de la facultad y comencé mi carrera profesional de manera meteórica. Si pudiera hacer una metáfora con el béisbol, podría decir que era el novato del año. Joven, inteligente, fuerte, no muy hábil, pero con una facilidad notable para aprender. Bipolar tam

Todo por una firma

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¿Importa el día, la hora, el año? ¿Importa si me pasó a mi, o a otra persona? Creo que no. El punto no está ni siquiera en quién era el grupo o el artista que provocó que sufriera una de mis crisis más graves de neurosis y manía. Sí, no importa si esto me pasó a mí, o a una persona que me lo contó tan vívidamente que ahora puedo relatarlo como si fuera mío. Fue en una tienda de discos que ahora ya no existe. Es lo único que recuerdo. Aunque quisiera, no puedo mencionar el nombre del grupo... porque sí sé que fue un grupo extranjero el que firmó discos esa tarde en esa tienda de música de dos plantas que ya desapareció. Y qué bueno que ya no está, porque además de que olía mal, a viejo y a mugre, fue la culpable de que casi me desmayara del coraje. A mí me mandaron del periódico donde trabajaba a cubrir una firma de autógrafos. ¡Carajos! ¿A quién le interesa la firma de autógrafos de un grupo cuando unas horas más tarde iba a dar uno de los conciertos más esperados del año? Pero tuve

Mi otro yo bipolar

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Y sí, sigo escribiendo sin mayor objeto que estar presente. Trato de estar, de permanecer, de seguir aquí sin mucho éxito. Trato de escribir, trato, trato, trato, trato, trato, trato, trato. Trato también de recordar, eso que tanto trabajo me cuesta porque no me gusta pensar. Me gusta más imaginar de vez en vez que mi vida no es ésta. Que justo ahora alguien más me lleva en su mente y me inventa la tristeza sólo para no aburrirse y probar hasta dónde llego. No me quiere, sin duda no me quiere. Si esa cabeza universal realmente me tiene en su interior, quisiera que nunca me dejara solo, que me acompañara hasta el final que él decida, pero que por favor me deje en paz, me deje respirar y sentir, al menos por un momento, un poco de tranquilidad, un poco de bienestar. No mucho, no soy exigente, tampoco soy tan egoísta. Sólo de vez en cuando, lo suficiente para sentir que la cárcel vale la pena, que este malestar continuo que parece inevitable y eterno tiene tregua, una oportunidad de r

La música coral un extraño gusto adquirido

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Siempre me ha gustado la música. Sobre todo la que está en un idioma que no entiendo. De la música me gustan las melodías, pero muchas de las letras que las acompañan francamente me salen sobrando. Por eso tengo la tendencia a escuchar música clásica, jazz y en general música muy melódica sin letra o que esté cantada en otro idioma que no sea español. En el último año he desarrollado un extraño gusto por la música coral de niños...