De la extorsión a la revelación

Siempre escuchamos historias de gente que fue secuestrada o extorsionada. Pero nos es hasta que lo tenemos cerca, cuando nos damos cuenta de la magnitud del daño que este tipo de cosas pueden causar. Hace dos o tres años le tocó a mi familia pasar por un pequeño, pero traumante suceso. Un sábado por la mañana mi esposa y yo salimos a desayunar con una amiga a un Sanborns cerca de donde vivíamos. Pasábamos una mañana de lo más normal cuando sonó mi teléfono celular. Era mi madre que me preguntaba notablemente asustada si estaba bien, si no me pasaba nada.