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Mostrando las entradas de julio, 2011

Pensamientos de un bipolar

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En un mundo ideal los enfermos deberían tomar medicinas para curarse y seguir sus vidas de forma normal, siendo productivos, llevándose bien con sus familias, amando y siendo amado. Tomar las pastillas y seguir al pie de la letra las indicaciones del doctor sería suficiente para ser feliz. Claro que eso nunca pasa.

Test de trastorno bipolar

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Test de bipolaridad Estas preguntas forman parte del Hypomania Cheklist 32 y fue creado por Jules Angst, profesor emérito de psiquiatría de la Universidad de Zurich, en Suiza. Apareció en la revista Conozca más del mes de julio. ¿Cómo te sientes hoy en comparación con tu estado de ánimo usual? - Mucho peor de lo normal - Peor de lo normal - Ni mejor ni peor de lo normal - Un poco mejor de lo normal - Mejor de lo normal - Mucho mejor de lo normal Usualmente ¿cómo eres en comparación con otras personas? Es decir, comparándote con otros, tu nivel de actividad, energía y humor es... -Siempre estable y uniforme - Generalmente es más elevado - Generalmente es más bajo - Continuamente muestra periodos de altas y bajas de energía Si consideras que el resultado obtenido no te favorece, no dudes en acudir a un psiquiatra.

Los últimos días

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Estos últimos días, los días en los que no tomé mis pastillas, los días en los que me sentí tan mal, esos días que tanto me aquejaron y me hicieron sentir como una rata de laboratorio asustada; esos, también fueron mis mejores días.

Sin retorno

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Dejé de tomar las medicinas por un par de semanas y fue lo peor que pude hacer. Por momentos creí que no había un punto de retorno. No es como cuando borras el sistema operativo de la computadora y se guarda una parte justo antes de eliminar todo, por si algo sale mal. Dejé las pastillas por dos razones. La primera porque de nuevo creí que podía estar bien sin ellas. Estaba de nuevo en un pequeño bache de depresión del que parecía fácil salir, pero sobre todo era un bache pequeño, de esos que parecen leves y sin mayor importancia. La segunda razón por la que dejé el tratamiento fue porque se me acabaron las pastillas y no encontraba el tiempo para ir a la farmacia. A estas dos variables se sumó una más que nunca consideré que se presentaría y que se convirtió en la más importante. Una llamada de una vieja conocida se presentó para cambiarme la vida y la rutina. Me ofrecía un trabajo extra. El momento, me pareció entonces, no era mejor. Justo en esos días necesitaba de una entrada ...