Ya habrá tiempo
Por ahora no hago nada. Me siento aquí, tan campante como si la vida no existiera, como si el tiempo fuera un pedazo de goma de mascar que se estira y se mete entre los dientes, inofensivo y placentero. Sólo tengo una certeza: no sé a dónde voy. Esperaba que las palabras me lo dijeran que las oraciones me marcaran un destino y un camino, pero la verdad es que ellas tampoco lo saben. Y cómo lo van a saber si están en medio de la nada, saliendo de mi cabeza hueca, desorientada y anodina. Siempre el tema es el control y el miedo a perderlo. Por eso no tomo, no fumo no me drogo, no tengo amigos, no tengo amantes, a veces ni siquiera me tengo a mi mismo por miedo a perder el control y terminar haciendo lo que menos deseo hacer: perderme en medio de mis impulsos. Por eso escribo, para desahogarme, para dejar en blanco sobre negro lo que me asfixia, lo que me pone ansioso. Por ejemplo, llevo dos noches sin poder dormir bien. En parte porque mi esposa está enferma de la garganta y ronca com...