Viajo bajo control


No recuerdo cuándo fue la última vez que escribí en este espacio. Es fácil ver la fecha del último post, pero eso no sirve. He olvidado tantas cosas que este blog me recuerda una parte de mi que, espero, poco a poco voy dominando. En los últimos meses la enfermedad me ha hecho poco o nada. Vista mi conducta desde el ángulo de la depresión y a hipomanía, tendría que decir que lo he controlado muy bien, con todo y las grandes emociones que he pasado.

Podría pensar también que es precisamente a esas grandes emociones que me he sentido bien... Podría ser. Mi punto es que la depresión no me ha ganado y a la hipomanía pude controlarla.

Enero y febrero fueron dos meses llenos de emociones por cuatro eventos que, sin planearlo, se sucedieron de forma encadenada. En un lapso de tres semanas hice mi examen profesional, me tomé unas curiosas vacaciones donde me reencontré con una parte de mi familia que hacía años no veía, luego realicé mi primer viaje al extranjero a Bogotá, Colombia donde conocí a gente talentosa y amable y, estando allá, en la Ciudad de México publiqué mi primer cuento en el diario La Jornada.

No sé tú, pero a mi me parecen demasiadas cosas emocionantes para sólo tres semanas. Lo bueno de todo esto es que todo salió bien. En cada uno de los sucesos tuve la oportunidad de que se me votara la canica, que me pusiera histérico y no pasó nada. No al menos que yo recuerde... Veamos.

Todos los días previos a mi examen profesional, las semanas y los días anteriores, yo estaban más nervioso por el almuerzo que daríamos en la casa que por el examen mismo. Aquella fría mañana de mediados de enero yo no dejaba de temblar. De eso me acuerdo muy bien. Aún dentro de la sala de conferencias donde se realizó el examen, no dejaba de temblar aunque ya no hacía frío. Temblaba de nervios. Pero creo que ese fue mi único síntoma que tenía. Según me dicen los que ahí estaban, mi voz sonaba segura, tranquila, como si tuviera bajo control la situación. En el examen me fue bien, salvo una buena regañada que me acomodó una de las sinodales por quejarme, un poco, de la educación que recibí en la Facultad. Cuando lo hacía, cuando me reprochaba mi falta de agradecimiento y mi "amargura" (me dijo que sonaba un poco amargado), sentía que me desmayaba. Poco faltó para que de veras sucediera pero al final lo superé sin escenas penosas. Recibí el regaño en silencio y luego me felicitaron por la tesis que entregué... Cosas por cierto que todavía no puedo digerir del todo. Todo salió bien. Luego el almuerzo se puso un poco tenso cuando se juntaron los hijos de mi hermana con el hijo de mi cuñada, pero tampoco pasó a mayores. Todo salió bien.

Tres días después de hacer mi examen profesional me fui con mi esposa de vacaciones a Cancún. Allá me di cuenta de los hermoso que es el mar, lo bien que se la puedo uno pasar lejos de esta ciudad y a revalorar a mi familia. En Playa del Carmen me encontré con una de mis tías y mi prima. Nos recibieron, literalmente, con los brazos abiertos. Nos trataron estupendamente y mi tía tuvo un gesto que nunca voy a olvidar. Me prestó su coche para ir a Tulum. Es un viaje corto y sin riesgos, pero aún así, ¿quién presta su auto a un sobrino que ves tres veces al año? El caso es que, luego de años de no sentarme al volante de un coche, lo volví a hacer y, como bien dicen, lo que bien se aprende... Fue como si mi esposa y yo regresáramos en el tiempo y de repente estuviéramos de nuevo viajando en el vocho en alguna carretera cercana a la Ciudad de México. Yo relajado, feliz de manejar en la carretera y ella ahí, sentada, platicando sobre el camino y demás cosas... Para cualquier persona tomar un auto quizás es de lo más normal, pero no para mí. Un auto puede disparar al neurótico que llevo dentro y desatar escenas de histeria y peligro que nadie quiere ver. Nada de eso ocurrió. Fue un paseo apacible y sin contratiempos. Conocí, además, aeropuerto de Cancún, y de pronto, descubrí algo extraño: creo que me gustan los aeropuertos. Y me gusta abordar aviones. A diferencia de mi esposa, que le teme a volar, a mi me parece de lo más placentero.

Cenando una deliciosa pizza en un restaurante en Playa del Carmen me entero de que apenas regrese al DF, tendría que volar a Bogotá. Una emoción más que sí afectó mis vacaciones, pero que no las echaron a perder. Yo esperaba que ese viaje fuera dos semanas más tarde, pero algo pasó que se adelantó... En fin que yo regresé un jueves por la noche de Cancún y mi vuelo a Bogotá salía el sábado por la mañana. Tuve sólo el viernes para ir a la oficina por mi boleto y mis viáticos y poner en orden algunas cosas pendientes.
Durante varios meses tuve miedo, eso es lo que tuve: miedo de ese viaje. No al hecho de viajar a una ciudad desconocida en un país ajeno. Eso, gracias a que no había una barrera de idioma, era controlable. A lo que de veras le tenía pavor era al recibimiento de la gente allá.

Y de nuevo, todo salió bien. Aquella tarde domingo en que llegué a la oficina de la empresa en Bogotá todo fue sonrisas y abrazos. Desde el primer momento la gente me recibió como a un amigo entrañable. Sin condiciones, simplemente me abrazaron. Yo, aconsejado por mi señora, llevé regalitos para repartir y fue eso lo que al final terminó por cerrar un círculo que, creo, no se ha roto.

Aunque el trabajo en Bogotá fue duro, la pasé muy bien. Conocí buena parte de la ciudad, gente interesante y lo mejor, creo que hice algunos amigos nuevos, cosa que, en serio, cada vez me parece más difícil hacer.

Con el paso del tiempo, con el cada vez más estrecho rango de crear nuevos círculos sociales, la posibilidad de hacer amigos me parece como una ilusión, una aventura casi suicida. Bogotá me enseñó que no todo está escrito. Ese miedo se diluyó y se convirtió en un siempre latente nerviosismo. Siempre me ha intrigado caerle bien a la gente. Y creo que allá lo logré.

Durante mi viaje a Colombia que duró dos semanas suspendí las medicinas. No las creí necesarias. No me deprimiría con tantas cosas por ver y conocer y los compañeros me mantenían con la mente siempre alerta. Pude saltarme la barda y caer del lado de la hipomanía, sobre todo el día que salimos de rumba y que nos tomamos medio litro de aguardiente... Pero tampoco pasó nada, sólo fue una noche tremendamente divertida. Tanto que todos los que estuvimos ahí la recordamos con cariño.

Estando allá, un domingo, publiqué en la Ciudad de México mi primer cuento en el diario La Jornada. Lo vi en la página de Internet y aunque ya era un poco tarde, le mandé un mensaje un poco agresivo a mi esposa para que consiguiera un ejemplar. Me dijo que no lo haría, que se lo había encargado a mi madre, cosa que no me pareció. Días más tarde, en una videollamada mi madre me mostró la página entera que el diario le dedicó a mi cuento. De regreso a mi casa, por fin pude ver mi primer cuento publicado...

Y justo cuando me estaba acostumbrando al ritmo de la ciudad, al ritmo de la oficina, al acento de la gente, a estar solo y cenar solo, tomo el avión de vuelta a mi verdadera vida.

De vuelta al desorden de mi vida, a la bulia de la oficina, al smog y la basura...

Fue aquí donde de pronto las emociones contenidas durante las últimas tres semanas se dejaron venir como en manada. Durante al menos tres o cuatro días me sentía como fuera de lugar, como si hubiera aterrizado en otro planeta. Me sentía desvinculado de todo y de todos. Síntomas inequívocos de la depresión. Me asusté un poco, he de aceptarlo, pero también consideré que era algo normal. Me encariñé hasta cierto punto de la gente y la ciudad extraña y volver a casa implica un poco de melancolía. Así que lo tomé con más calma y me di un poco de aire. Retomé el tratamiento médico y en cinco días estaba como si nada, más encanchado, más vuelto a la rutina de siempre.

Así llego hasta este momento en el que escribo. Pasé esta parte del año que desde el pasado venía planeando. Ahora lo que queda es seguir viviendo, aunque con metas totalmente diferentes. Si antes mi meta había sido terminar la tesis y titularme, ahora tengo que cambiarlas, tengo que poner mi mira en otros objetivos, que considero tienen más que ver con la escritura que con el trabajo.

Además el futuro de mi esposa y su carrera también están en preparativos de despegue. Y no será un despegue sencillo, pero sin duda será vertiginoso. Todo un reto para nosotros como pareja y para ella como profesional.

En fin, que de pronto me encuentro como en un muelle, frente a un mar calmo y un sol apacible. Una gaviota vuela frente mi y se clava en el mar en busca de un pez. Lo atrapa, lo engulle y levanta de nuevo el vuelo. Yo respiro el aire que tiene un ligero sabor a sal y miro al horizonte.

Comentarios

  1. me emocione asta las lagrimas., essos sentimientos imitando a unamontania rusa son con lo que me identifico y me emociona saber que tambien se puedenlograr tener esos momentos de infinita felicidad y armonia dentro que no todo deve ser malo gracias por compartir tan intimas vivencias y regalarnos esta historia d fe y aliento para los que no lo encontramos tan facilmente !! mil gracias y lo mejor en su vida :)

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  2. Sigue escribiendo tengo ganas de leer mas cosas tuyas un beso muy grande!

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  3. Me llamao Mariluz Corpas Pina y soy una bipolar de Madrid España y también acabo de editar mi blog porque me recomendaron escribir para desahogarme y funciona. Me alegro conocer a más gente que tiene el mismo problema yo acabo de escribir mi primer libro Eutimia que resumen mis 14 años de la enfermedad te invito a que conozcas mi página e intercambiemos opiniones, gracias.

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  4. Quisiera escribir pero se que lo dejare a medias como todo lo que hago, solo leer y escuchar música me relajan.

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  5. Hola, soy Maxi de Argentina. Me cuesta definirme como bipolar y de hecho me resulta quizás chocante la naturalidad con la que convivís con nuestra enfermedad. Es que hace 2 años lo padezco y aún no termino de aceptarla. Celebro que puedas expresar tus sentimientos y que hayas logrado estas metas que te propusiste. Tengo 20 años y tengo miedo a no sentirme realizado. Un abrazo desde Bs. As.

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  6. Hola, cuando pienso en qué escribirte me doy cuenta de que no estoy sola y que no soy la única en el mundo con esta situación.
    Soy Bipolar, grado II, me comencé a tratar en Mayo 2011 y me lo han diagnosticado en Febrero y el mundo se vino abajo. Siempre lo temí, mi abuela lo es, y bueno, todo lo relacionado a ella es otra historia, pero piensa por qué se me vino abajo el mundo.

    El 2011 toqué fondo. Estuve internada en un psiquiátrico, traté de suicidarme, hice cosas que jamás imaginé, tuve hasta problemas con la policia (nada grave, eh?jaja) hasta que finalmente decidí en Noviembre irme de Argentina a vivir a EE.UU. A mi suerte, con una maleta y un novio que me apoyó en todo momento, a pesar de las peleas y los gritos porque lo saqué de sus casillas, con unos espectáculos dignos de Broadway.
    Hoy es Viernes 11 de Mayo, y hace exactamente 6 semanas que volví de mi viaje. Estoy bajo tratamiento, me siento muy bien casi siempre, pero no me gusta mirar atrás. Me doy cuenta de que puedo vivir perfectamente, pero me da rabia que nunca nadie se haya preocupado por mi, cuando me sentí así toda la vida, sí, toda la vida. Desde mas o menos Abril de 2004 que tengo conciencia de vivir queriendo morir... pero ya no más, y cuando llego a pensar eso me doy cuenta de que no soy yo en verdad, que es mi "enfermedad" que me quiere ganar, pero no lo va a hacer.

    Gracias, gracias sólo por escribir... porque sé que somos normales, que podemos ser normales, o sea no es fácil tener un "trastorno maniaco depresivo" y sentirte normal, pero lo veo como una diabetes controlada o una miopía avanzada.
    gracias, gracias y más de eso

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  7. Gracias por compartir tus vivencias,,, soy familiar de un bipolar,, y con todo esto,, mas fe tengo en que mi hermana,,, podra llevar una vida normal,, le pasare la direccion de tu blog,, para que sepa que no esta sola,, gracias y Dios te bendiga siempre..!!

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  8. A mi tambien me da gusto leer de historias de personas con trastorno bipolar que logran hacer una vida normal y plena, yo comprendo ese bajon que te da cuando te vas de viaje la pasas increible y de pronto llegas a la rutina, yo me deprimi regresando de un viaje que hice a España y cuatro meses mas tarde me diagnosticaron. Ahora estoy con el tratamiento adecuado y me he sentido muy bien con sus altas y bajas, claro

    saludos!

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  9. estoy es ese momento donde me siento poderosa(bastante hipomaniaca) .. me sentí muy identificada con mucho de lo que escribiste.
    1. me sentía como fuera de lugar, como si hubiera aterrizado en otro planeta. Me sentía desvinculado de todo y de todos. Síntomas inequívocos de la depresión ... exacto son síntomas inequívocos dios..... no sabia como expresarlo de una manera tan perfecta. ese bajón de animo que me hace ajena a todo el mundo
    2.Siempre me ha intrigado caerle bien a la gente.
    realmente aveces me siento tan extraña de mi misma que solo puedo pensar que si así me percibo yo como me ven los demás , es una preocupación intensa de encajar con los demás
    3. Durante mi viaje a Colombia que duró dos semanas suspendí las medicinas. No las creí necesarias. No me deprimiría con tantas cosas por ver y conocer y los compañeros me mantenían con la mente siempre alerta. Pude saltarme la barda y caer del lado de la hipomanía, sobre todo el día que salimos de rumba y que nos tomamos medio litro de aguardiente... Pero tampoco pasó nada, sólo fue una noche tremendamente divertida. Tanto que todos los que estuvimos ahí la recordamos con cariño....... llega un momento en que creemos todo esta bajo control y suspendemos la medicinas me pasa bastante seguido ,tuve un episodio desafortunado con unas cuantas pastillas que me tome .... después de esto me aumentaron la dosis pero ahora con litio . como las odio cada vez que las tomo se me quedan pegadas a la lengua es como si tuvieran vida propia y se empeñaran en no cumplir con su cometido..... tengo bipolaridad ciclotimica y mi animo es una montaña rusa de esas que tienen mas bajadas que subidas ......no me gustan las pastillas , no me gusta los psiquiatras.. que difícil es ser bipolar y que agradable es leer tu blog entender que es difícil si pero que mas hay nos toco ser bipolares!!!!!

    Un saludo desde Bogota

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  10. Chak, qué gusto encontrar algo como esto... yo no soy cibernauta, soy una "Señora" de 43 años, hermana de un bipolar con cerca de 20 años de diagnóstico y la verdad muy poca ayuda de parte de su familia perdida en este mar de vaivenes que es la bipolaridad.
    Ahora estamos en un punto crucial de la enfermedad pues parece que mi hermano no podrá llevar una vida independiente nunca más y por eso estoy aquí, buscando cómo ayudarlo de la mejor manera. Conoces lugares de internamiento largo donde tengan ocupaciones y puedan reintegrarse poco a poco a algo cercano a la vida productiva???
    Saludos y felicidades por tener este espacio... tienes razón, la mejor manera de ayudarse a sí mismo es ayudando a los demás... a Dios gracias tenemos ese ejemplo!!!

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  11. HOLA! HACE TIEMPO NO VIENES A ÉSTE LUGAR...VUELVE!!! HA PASADO CASI UN AÑO...

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  12. Me alegra saber q no estoy sola con todos estos sentimientos y altibajos q tengo. Lo mas dificil para mi es q despues de una crisis pierdo a gente q quiero x cosas q dije o hice estando fuera de control. Pero es verdad es controlable siempre y cuando en mi caso me tome los medicamentos al pie de la letra y no este sometida a mucho stress. Tuve q dejar de trabajar xq ya no podia con el strees. Pero dios me doto de muchas cualidades para poder trabajar x mi cuenta y no desaprovechar la carrera q estudie.

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  13. Hola mi nombre es Gigi (34 años) solo quiero agradecerte por este blog que a mi me ayudo enormemente... después de leerte me sentí tan identificada contigo que me decidí a buscar ayuda y en efecto fui diagnosticada con TB 1... pero yo pienso que no es tan serio mi caso pues en general soy una persona tranquila y buena onda según dicen pero tengo ataques de hermitañismo en el cual no tengo contacto con nadie ni quiero saber de nadie, insomnio, euforia salgo a divertirme soy el alma de la fiesta y puedo beber una botella entera de vodka y no me siento ni alcoholizada siempre cuido a los demas, me dan ataques de comer mucho luego no como nada la ira...y depresión la maldita depresión... en el ultimo año he tenido problemas fuertes que me resultaron en mucho estrés y creo por eso he ciclado tanto... any way solo espero estés bien y en verdad gracias totales... no dejes de escribir por favor

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  14. La bipolaridad hasta ahora m era un tema desconocido, no en su totalidad pero si gran parte de ello.
    tal caso a llenado d curiosidad, m sorprende cuan grave es la situacion, y como algunos lo saben sobrellevar como otros que aun despues de varios años d diagnostico no lo han popido resolver.
    hace un tiempo observaba cn frecuencia en pag web cm facebook temas relacionados con esta enfermedad o problema, pero noté que esta se daba a conocer d una manera poco madura, como soy bipolar xq a la mañana m caes bien en la tarde no, o para todo "soy bipolar", me parece ahora q trato el tema algo inmaduro, q es algo q lo hacen por no saber, no informarce, no ser cultos!!
    para ir finalizando, agradezco a tod@s los q han cmpartido sus temas d vida intima, pues creo q apesar de ser un enfermedad q a cualquiera le puede dar, pues es algo muy personal para quien la sufre.
    pa lante que estas son pruebas de la vida, Dios siempre sta con nosotros sea cual sea nuestro padecer!!
    otra vez gracias, y m encanta tu blogger es muy interesante!! hechale pa lante!!

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  15. Siempre es tan bueno leerte, pasan los años y vamos viviendo y sobreviviendo, me alegra saberte bien, no dejes de escribir, no digo que lo sigas haciendo aqui, puede que ya no tengas deseos de seguir este blog, pero donde sea que estes sigue escribiendo. Mis mejores deseos para tu esposa, y para ti va una imagen del mar. Saludos

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  16. Vaya, me alegra saber que hay un sitio como este, cada vez que leo más, me doy cuenta que es muy posible que sea bipolar, tengo 19 años, incluso a los 16 me estaba tratando un sicólogo pero nunca quise volver a ir.. Ojalá sigan compartiendo experiencias a ver sí yo también me ánimo

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